La mayoría de los adultos tenemos absolutamente olvidada nuestra infancia, y ya no recordamos que hace muchos años sentíamos igual y padecíamos de los mismos temores que hoy en día padecen nuestros hijos.
- En muchas ocasiones nos portamos con excesiva dureza enfrente de los miedos infantiles.
Y obligamos al niño a hacer aquello de frente que no quiere.
- En otras, actuamos como si no nos diéramos cuenta del padecimiento de nuestro hijo:
Ya se le pasará.
Depende de lo que le suceda al niño, puede ser muy recomendable consultarlo con un profesional.
Pero, en todos los casos, siempre podemos encontrar excelentes materiales de apoyo que nos ayuden a ir introduciendo (enfrentando) al niño en la reflexión acerca de sus miedos.
Los cuentos infantiles existen desde siempre. Y esta ha sido tradicionalmente una de sus principales funciones.
Si los cuentos tradicionales de hadas son muy duros y extremos en sus planteamientos y exposiciones, es precisamente porque la vida de aquellos años era extremadamente difícil y de alguna manera iban preparando a los niños para enfrentarla.
Hoy en día la vida de la mayoría de los niños no tan es complicada -en nuestra sociedad occidental-, en el mismo sentido que hace 2 siglos, ya que la mayoría de los pequeños disponen de techo, alimentación y de una cierta estabilidad. Pero los miedos irracionales infantiles siguen siendo prácticamente los mismos: a la ausencia de los padres, a la muerte, a los animales grandes, a la oscuridad, a la soledad, etc.
Existen infinidad de recursos y de materiales en forma de cuentos que ayudarán a nuestros niños a ver muchos de estos problemas con mayor naturalidad.
Contemos cuentos a los niños!
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